Definitivamente no regresaría al Cinco Rodavento, pagamos la Máster Suite que es las más alta, pero no es más que una habitación más amplia con un sillón en medio. Las fotos de la página del hotel no muestran el tamaño real, ya que el "ruf" es pequeño, la "alberca" es más un pequeño chapoteadero y en el jardín te sientes encerrado. Los ductos de la cocina dan a la primer planta y todo el día huele a comida muchísimo, y eso que nuestra habitación era la de la esquina. Nada de paz como lo anuncian, hay música del "ruf" que se escucha todo el día, la propiedad de al lado es un antro, por lo que hay mucho ruido ya noche, y a partir de las 6 de la tarde hay un olor penetrante a humo, leña, por lo que a pesar de morirnos de calor, teníamos que cerrar la puerta de la terraza, pues las habitaciones no tienen aire acondicionado. Tampoco tiene frigobar para tener bebidas frías, y lo que pidas al restaurante cuesta carísimo. Las amenidades son un gel de ducha, shampoo, acondicionador y papel higiénico muy corrientes, feísimos!!! Se ahorran todo lo que pueden, solo te ponen 3 cápsulas de café feo, si quieres un té debes pedirlo al restaurante por un precio muy alto, muy mal considerando que estamos pagando 10 mil pesos por noche. La comida poco variada y fea, el primer día comimos ahí y me enfermé, todos los demás días tuvimos que salir y encontramos muchos restaurantes mil veces mejores y a precios congruentes. Para el check out a las 12, regresé de desayunar a las 12:10 y ya habían desactivado mi llave. Me hicieron "el favor" de darme media hora para sacar mis maletas. Las habitaciones e instalaciones no representan lo que cobran, es un hotel pequeño, bonito pero muy incómodo. Nada que hacer, ninguna actividad, pues a todo tienes que ir a Casa Rodavento por otros miles de pesos más. Todo lo hicimos fuera, y para dormir era una tortura el humo y ruido en la noche y muy temprano el olor a comida como si estuviéramos dentro de la cocina. Lo único bueno del Cinco es su personal, amables y muy considerados. Se esperan, pero tienenpocos elementos pues es un hotel con pocos recursos para consentir a los huéspedes. Ah! Las puertas de regadera y wc son transparentes, nada prácticas si vas en familia o amigos. La vista "parcial a la laguna" es una barda. De "ruf" se puede apreciar la puesta de sol un poco, si quieren ir a gastar 400 en 2 tragos.

Fuimos a comer el viernes 10 de diciembre, cuando llegamos el valet no nos quiso recibir el coche porque solo hay valet parking para los huéspedes. Fuimos con una persona que no puede caminar mucho, asi que no nos quedamos a comer ahi debido a la falta de lugares de estacionamiento.
El lugar nos gusta mucho y hemos ido varias veces a comer, pero no voy a regresar ni lo voy a volver a recomendar por el pesimo servicio desde la llegada. Es un hotel y no creo que todos los huespedes lleguen a la misma hora para no ofrecer el servicio de valet parking , que ademas lo cobran como si estuvieras en Polanco. No viy a vomver a regresar.