Con una ubicación de privilegio, con una terraza que invita a la meditación, con unos colores que te relajan, limpieza impecable, instalaciones fuera de las habitaciones que invitan a la lectura. No lleguen si lo que buscan es bullicio y algarabía, vayan si pretenden un momento de convivencia lleno de relaciones personales, sin libros para leer, no lleguen. Tuve la fortuna de que estar en una habitación sin TV, mejor, mas que mejor. Quizá lo único considero le falta al hotel es ofrecer el servicio de cafetería y barra básica, la terraza invita a quedarse uno por horas, pero sin nada que beber el tiempo se acorta.