El hotel esta muy bien ubicado, en el corazon del centro de parras, el precio creo es alto por la temporada en la que andamos, ya que son las fiestas de la vendimia y todo esta saturado de gente, las habitaciones muy limpias, amplias y bonitas. La regadera muy bien. La comida de la cocina tambien aunque un poco lento y los precios muy accesibles.

La ubicación es excelente, las habitaciones están en condiciones aceptables, austeras, más características de un hotel de carretera, que de un hotel en el centro histórico, la limpieza aceptable, sin embargo hace falta que mejoren el baño, hay humedades y el grifo ya ostenta machas de sarro y óxido, así como la ducha, las camas son firmes pero confortables, la sábanas, ropa de cama y toallas deben ser renovadas ya que están muy gastadas y sin ásperas. El jabón para manos y la ducha, es muy básico (jabón chico color rosa), ambiente 100 por 100 familiar, el restaurante muy bueno, excelntw sason casera, típica comida norteña.

muy mala atención de parte de la recepción, no nos respetaron la reservación que hicimos y nos buscaron una habitación de último momento.
la habitación estaba muy oscura, tenia dos de los focos fundidos, la televisión aunque tiene servicio de cable no tenia control remoto.
las llaves de la regadera y del lavabo se veian sucias y con sarro ,así como los azulejos de la pared.
las sabanas de la cama tenian manchas de sudor y no habia servicio de mucamas para cambiarlas, tuvimos que pedirlas nosotrs a recepcion (no hay telefono en recamara)
por la mañana del dia siguiente no habia agua caliente para bañarnos, al pedirla resulta que no habia gas y tuvimos que esperar a que llegara una pipa a llenar.
el servicio del restaurant tambien es deficiente, no tienen amabilidad ni atención.
la alberca estaba sucia el agua se veia turbia, ni ganas de entrar.
lastima porque tienen muy buena ubicación en el centro de Parras y las instalaciones se verian muy bien si tuvieran mantenimiento.
si le falta mucha actitud de servicio al cliente por parte del personal.