Un lugar muy bonito. El restaurante con unas pinturas bellísimas, el servicio fue un poco lento aunque no había mucha gente. Estuvimos en noviembre y hacia algo de frio pero me gusto mucho que en la habitación había calentador y cobijas extras. Los jardines muy bonitos. La alberca no pudimos usarla por que hacia frío pero muy linda también. Lo univo malo es que el wi fi no llega a las habitaciones. De ahi en fuera todo bien.