Es muy dificil encontrar algo malo a este lugar, posiblemente la ubicación un poco escondida pero si vas en coche no debes tener problema.
Las habitaciones muy acogedoras, con murales en cada una (al menos las 3 que utilizamos). Estacionamiento amplio y dentro de las instalaciones. El personal un poco serio pero muy amable y atento.
Llegamos en la mañana sólo al baño porque ya nos andaba, y nos recibieron sin problema.
En la tarde después de hacer el check-in fuimos a la Alberca, el unico detalle es que por darle sombra la mayor parte del día el agua estaba algo fría pero muy disfrutable el baño. Nos quedamos con ganas de regresar a pleno sol.
En la noche disfrutamos del vino que compramos en Casa Madero en una terracita en el jardín del fondo. Primero consultamos con el personal si podíamos estar ahí jugando cartas (eramos un grupo de 11 personas) y no hubo problema alguno.
El desayuno se sirve con chilquiles, frijoles, pan, fruta y café. Sólo el jugo no esta incluido.
En general, definitivamente regresaríamos en plan de amigos, familiar o de pareja.