La verdad es que no soy muy de ir a resorts , pero este fue el broche de oro de un viaje increíble por México , y tuvimos la suerte de dar con el Armony. La atención y la amabilidad de todos los trabajardores es excelente. Además el hotel cuenta con unas actividades súper interesantes, como el baño de hielo. la meditación con cuencos tibetanos “Sound healing” (Víctor y Wendy son maravillosos) la comida está muy bien y la música es espectacular, tanto el hilo musical . como el Dj residente (Pablo). También los masajes son espectaculares. No son baratos, pero son increíbles, merecen la pena.
Me encantó. Volvería sin dudarlo para unos días de relax y desconexión