La estancia de un fin de semana aquí demostró que fue todo un éxito. El personal era atento, servicial y se compormetía con nosotros de inmediato. Al llegar, nuestro coche desapareció para pasar a las manos seguras del personal. En recepción se hicieron las cosas rápidamente sin tener que rellenar formularios superfluos. Se ocuparon del equipaje de forma eficiente. El té o café de la mañana (servicio de habitaciones) con la promesa de traernos la prensa fue un toque agradable y muy valorado.
La habitación estaba limpísima. Tanto el mobiliario como la decoración eran exquisitos. La habitación rezumaba calidad, además la papelería y los folletos resultaban un agradable detalle.
Todas las mañanas nos daban la bienvenida con una jarra de café y el periódico de nuestra elección. La cantidad de café era suficiente como para satisfacer a un ejército. Pero aquí la estrella era el Sr. Brian Chapman (el botones de la noche) quien demostró ser un excelente comunicador. La cortesía a la vieja usanza era la marca del a casa de Brian porque cuando llegaba siempre con puntualidad llamaba discretamente a la puerta. Botones de noche no es un nombre apropiado para este extraordinario emjabajador del Montagu Arms. Invitaría al director al domicilio social en Lymington para que leyera y se empapara de esta crítica. ¡El Señor Brian Chapman vale su peso en horo! ¿Sería posible darle un premio en metálico?
De hecho, cada miembro del equipo del hotel...La estancia de un fin de semana aquí demostró que fue todo un éxito. El personal era atento, servicial y se compormetía con nosotros de inmediato. Al llegar, nuestro coche desapareció para pasar a las manos seguras del personal. En recepción se hicieron las cosas rápidamente sin tener que rellenar formularios superfluos. Se ocuparon del equipaje de forma eficiente. El té o café de la mañana (servicio de habitaciones) con la promesa de traernos la prensa fue un toque agradable y muy valorado.
La habitación estaba limpísima. Tanto el mobiliario como la decoración eran exquisitos. La habitación rezumaba calidad, además la papelería y los folletos resultaban un agradable detalle.
Todas las mañanas nos daban la bienvenida con una jarra de café y el periódico de nuestra elección. La cantidad de café era suficiente como para satisfacer a un ejército. Pero aquí la estrella era el Sr. Brian Chapman (el botones de la noche) quien demostró ser un excelente comunicador. La cortesía a la vieja usanza era la marca del a casa de Brian porque cuando llegaba siempre con puntualidad llamaba discretamente a la puerta. Botones de noche no es un nombre apropiado para este extraordinario emjabajador del Montagu Arms. Invitaría al director al domicilio social en Lymington para que leyera y se empapara de esta crítica. ¡El Señor Brian Chapman vale su peso en horo! ¿Sería posible darle un premio en metálico?
De hecho, cada miembro del equipo del hotel demostró su gran profesionalidad en atención al cliente. Es más, raramente he visto un personal tan comprometido. Naturalmente, es un reflejo de su compromiso individual al servicio-gestión. Pero también es un reflejo de la excelente gestión del Señor Philip Archer.
Para acabar, lo resumiría en una sola palabra: Ejemplar. Un modelo de excelencia que otros hoteles deberían imitar.
Brian Harvey
Liverpool
Merseyside. Más
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