Estuvimos la semana pasada y superó todas las expectativas que teníamos. Las instalaciones son excelentes, la habitación espaciosa y cómoda, la piscina acorde al tamaño del hotel (incluyendo la piscina interior y el spa), las animaciones variadas y adaptadas a las familias, el restaurante con comida bien preparada y para elegir… pero sobre todo quiero destacar la atención al cliente. Todo el personal es amabilísimo y siempre atento para que quienes estén alojados disfruten lo máximo posible. Me gustaría destacar los nombres de algunos que recuerdo: Natalia en recepción; Yolanda, Rosana, Saray… arreglando habitaciones; Marko entre los animadores, así como todos los que estaban detrás de la mascota Beny; Juan Carlos (creo que se llama así), el pianista del restaurante durante las cenas; Ángel, Reme, María, Manuel, Borja...en el restaurante, liderados por el jefe de cocina Juan Silva, excelente profesional y trato, muy atento al personal.
Se trata de un hotel que ofrece todo lo que uno quisiera esperar, pero además siempre tienen un detalle de calidad que va más allá y que lo hace diferente al resto que he conocido: podían hacernos simplemente la habitación, pero además tienen el detalle de dejarte figuras con las toallas y unos caramelos; podían ofrecer la comida en el restaurante tal como uno espera, pero además la amenizan con un pianista en las cenas, la visita de Beny a todos los niños en cada comida o un jefe de cocina que se te acerca a saludar y ofrecerte un plato de lacón exquisito; podían limitarse al mantenimiento de las piscinas, pero organizan un conjunto de actividades que amenizan el ambiente… y así muchos detalles más.
En definitiva, un hotel espectacular. Ojalá podamos repetir pronto.