El hotel se encuentra situado en la zona downtown. El hall y el restaurante son espectaculares a nivel de decoracion, porque se trata de un hotel donde el diseño lo es todo, aunque eso choque con la comodidad. la habitacion y el baño son tipo retro. Y al igual que el hall me pareció precioso, la habitacion me dio una sensación un poco rancia, con una moqueta que olía y poco espacio ( nuestra habitación era de dos camas dobles porque era un viaje en familia de tres personas). Como punto positivo tenía una televisión enorme. La puerta y toda la pared del cuarto de baño son de cristal y se transparenta completamente dando de pleno en la habitacion, de manera que si una persona se despierta a mitad de noche o antes que las demás y quiere ir al baño al encender la luz despierta a todos los demás, además de que intimidad cero. El cuarto de baño es pequeño, con un lavado tipo antiguo que no permite apoyar nada. La bañera tenía una cortina de ducha...a mi personalmente las duchas con cortina no me gustan. El secador de pelo era muy lento. Cuando quise utilizar el mío no me funcionaba mi adaptador y al pedir uno prestado en recepción la chica me dijo que me lo vendía pero no me lo prestaba. Me pareció un detalle algo cutre.
Como puntos positivos, ideal para hospedarse en la zona downtown y el encargado de recepción (que no la chica, sino el encargado) muy atento a nuestras sugerencias, la verdad. Yo lo recomendaria a personas que buscan diseño y que se van a mover por la zona downtown de la ciudad.