El Hotel en primera impresión es un poco decepcionante, ya que se nota el paso del tiempo en muchas de sus estancias y tampoco es un hotel "fácil" o amplio. El personal de recepción fué correcto sin más. El apartamento era amplio con una zona de cocina en medio, la cama de matrimonio a la entrada y una pequeña habitación con un sofá cama.
Como aspectos positivos:
1) La localización. Está en una zona tranquila justo enfrente de la fuente de la torre sur del WTC. En menos de 5 minutos estás en el hub de Calatrava, muy cerca del puente de Brooklyn y a 2 minutos del 9/11 Memorial Museum.
2) Las vistas. Nuestra habitación daba hacia el norte y podías ver completamente el One World Trade Center, así como la zona del 9/11 Memorial Museum.
3) Todos los días en la zona de desayunos se dejaban para coger libremente, cacahuetes, M&M's, cocacolas, agua y fruta. Aunque no había mucha variedad era uno de los objetivos diarios de los niños... conseguir una cocacola y unos M&M´s. Un detalle quizás irrelevante en coste pero que nosotros apreciamos mucho.
4) En el piso 21 tiene un bar-terraza desde el que tienes unas vistas espectaculares hacia el Norte y hacia el Sur. Con el One World Trade Center como "postal" absoluta.
La parte mala:
1) Es un hotel viejillo, correcto y limpio pero viejillo, con pasillos enrevesados y mobiliario en el cual se nota el paso del tiempo.
2) Tuvimos algún problema de ruidos con la habitación de al lado... eran asiáticos y supongo que el Jet Lag les jugó una mala pasada... y desde las 5:00 estaban abriendo y cerrando puertas (muy pesadas y de cierre muy ruidoso).
Supongo que no repetiría, por la cantidad de opciones que hay en la ciudad... y porque está pelín viejo (no fue caro)... pero esas vistas desde la habitación todavía hoy se echan de menos.