El hotel está muy bien situado, cerca del metro y paseando a 5 min del la zona comercial del SoHo. Las habitaciones de tamaño normal, cómodas y con todo lo necesario. El servicio de limpieza de las habitaciones los primeros días un poco regular, siempre faltaba algo y después de quejarnos en recepción en dos días mejoró. El personal del hotel muy amable y atento especialmente José una de las personas que estaba en la puerta y siempre estaba para lo que necesitaras. Lo más espectacular del hotel es su terraza en la última planta, las vistas son impresionantes y puedes tomarte algo tranquilamente y disfrutar de un buen ambiente. En fin, para repetir.