Estuve de paseo con mi familia el 24 de diciembre en Manhattan, ya era de noche, no teníamos internet y estábamos perdidos, entramos al hotel y pedimos el favor que nos prestaran un teléfono, amablemente el personal que se encontraba en recepción no solo nos prestó un teléfono, llamaron a un funcionario que hablara español, se aseguraron de que resolvieramos nuestras inquietudes, nos dieron algunos dulces, y lo mejor: nos sentimos seguros, cómodos y acogidos por unas buenas personas, muy amables sin importar que no nos alojáramos en el hotel. Espero tener la oportunidad de apoyarme en este hotel porque definitivamente me cautivaron. Gracias