Estuvimos en una habitación familiar, 2 camas de matrimonio juntas. El crío de 3 años le encantó tener una cama "grande" como dice él, junto a la nuestra. La habitación amplia, con terraza y salida directa a la piscina infantil.
En una de las terrazas de arriba, había un parque infantil, se lo pasó pipa.
La parte para los niños es de 10, la animación muy buena, los niños se animaron rápidamente. Estuvimos un fin de semana, pero las 2 actuaciones muy buenas.
El protocolo covid se cumple, dispensadores de gel en varios puntos, limitado el aforo del comedor, ensaladas, postres, etc, en tupers o con film.
Desayuno correcto, comida y cenas bien, hay varios tipos de comida, pasta, fritos, pescados y carnes a la plancha, lo de la plancha hecho en el momento, quizá hay momentos que debido a la cantidad de gente existe algo de cola, pero no es eterna. Las ensaladas, variadas cada día, no tienen desperdicio.
Quizá para los postres de los niños falta algo más de variedad en chocolate.
Teníamos pensión completa así que las bebidas las teníamos que abonar, la calidad en comparación del precio es muy buena, la lástima es que de la variedad de vinos de la carta les quedaba la mitad, y el segundo día, ni eso.
El servicio de cafetería es bueno, y la desinfección de las mesas excelentes y las sillas completas. Los precios son altos pero lo normal en hoteles (café 1,7€; cubatas 7; cerveza 2; vermut 3,8)
La recepción cuando llegamos un poco lento, caótica, supongo que por tema del covid.
Toma de temperatura al entrar a comer, sería interesante marcar la distancia social en la cola del buffet.
Valoración positiva, lo tendré en cuenta para próximas escapadas a la zona.