Sólo puedo tener palabras de agradecimiento para todo el equipo de Casa D'Acuna, especialmente para Alexander, el encargado de la recepción, pero también para Domingo, Ernesto y los demás trabajadores. El jardín de orquídeas es precioso y está cuidado con muchísimo cariño, la sala para de lectura es el lugar perfecto para relajarse, las camas son cómodas y amplias, el baño está siempre limpio, el personal siempre está dispuesto a ayudarte y a hacerte sentir como en casa (hasta el punto de que si ven que estás leyendo en la sala de lectura o en el jardín, te traen una jarrita de agua con limón), los pasteles y el pan son buenísimos, la comida es orgánica, saludable y muy sabrosa, el precio del hotel es sumamente barato, la música que suena durante todoel día es agradable y al volumen adecuado... En fin, ¡qué más puede uno pedir!