Con un grupo de amigos visitamos Ram Tzul buscando cenar y encontramos un lugar super acogedor, con chimenea y una muy buena atención. No tuvimos la oportunidad de hospedarnos allí pero nos atendieron muy bien, nos ubicaron en un lugar con chimenea para pasar el típico frío del lugar. La charla con los amigos estuvo muy amena acompañada de un chocolatito caliente, te chirrepeco, torrejas y unas tortillas con queso, todo delis. Hace años atrás, visité la reserva y catarata que tiene el hotel, espero regresar para visitarla de nuevo y hospedarme allí por supuesto.