Perteneciente al restaurante tree house, doblando la esquina, se encuentra el restaurante de comida peruana Inka Verde, y decidimos comer allí para salirnos un poco de la comida típica costarricense.
El local está bastante tranquilo y el servicio está muy pendiente de que todo esté al gusto de los comensales.
Como entrante pedimos chicharrón de calamar, algo similar a las rabas o calamares a la romana, pero con un rebozado muy especial que les da un toque diferente. Como platos principales pedimos un lomo a la huancaina y una corvina a lo macho, los dos platos muy buenos tanto de sabores, texturas, como de tamaño. Para beber disfrutamos de dos batidos de mango con leche, muy ricos también.
Una muy buena elección para salir de los típicos casados pero manteniendo la cocina con productos de la tierra. ¿el precio? 16.000 colones todo (32$ o 26 €).