El restaurante es muy bonito de día y por la noche es especial con las luces y música en directo. Es todo alrededor de un árbol enorme.
Comimos dos veces y ademas fuimos una noche a tomar unos cocteles.
Los platos estaban muy bien presentados.
Quiero destacar que hay opciones de comida sin gluten.
La comida muy rica y los cocteles también.
Es cierto que es un poco caro pero merece la pena.
Las tres veces dio la casualidad que nos atendió el mismo camarero, fue super amable y simpático, se llama Erick, le mando un saludo especial.
Mi recomendación es ir al menos una vez a comer.
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