El hotel está bien y es bonito y limpio. Las habitaciones tienen cortesía de café, y jabón y champú (huelen muy bien por cierto). La entrada es un poco complicada, sin asfaltar, pero vamos un clásico en esta zona. Lo que me hace puntuarlo tan bajo es la comida. El buffet del desayuno muy escaso, y te lo sirve una camarera, no puedes hacerlo tú (sin más pero raro ya en estos tiempos post-COVID). Además, el menú de cenas también es bastante pobre, 4 o 5 entrantes que para compartir complicado, y principal es casado (típico de CR) y pasta…. Eso si el personal súper amable. Como recomendación les diría de mejorar la oferta de restaurante (ofrecer también hamburguesas o sándwiches para cena por ejemplo) y el desayuno (más variedad, bacon, huevos fritos, una tostadora de pan…).