Lo primero es que el trato es nefasto. En Costa Rica la gente es muy amable y aquí fueron todo lo contrario. El restaurante solo da desayuno, y no te avisan así que nos quedamos sin cenar con niños y no nos hicieron no una taza de leche. Las habitaciones aceptables. Pero hay sueltos perros y gatos y un gato se nos metio en la habitación. El hotel no tiene nada de nada. Es el peor en el que hemos estado en Costa Rica