Fuimos a comer en la terraza, teníamos reserva para las 14:30h, llegamos puntuales nos sentamos en la barra de fuera y esperamos a que el camarero nos indicara cuál era nuestra mesa, después de unos minutos de espera nos lo indicó y le dijimos que antes de sentarnos tomaríamos algo en la barra porque hacia muy bueno, ALUCINAS, SE PUSO A RECRIMINARNOS QUE NOS TENIAMOS QUE SENTAR OBLIGATORIAMENTE POR QUE YA ERAS LAS 14:45h Y QUE TENIAMOS QUE COMER RAPIDO QUE HABIA MAS MESAS ESPERANDO!!!!!!! Había mesas vacías, gente en la barra, no sé.....lo mejor que su compañera camarera nos advirtió que era un señor con problemas mentales y decidimos que nos sirviera ella mejor, menos mal, tomamos un menú fin de semana para dos, primeros platos pastel de cabracho y cocido montañes, segundos platos, dos entrecots 250gr aprox a la parrilla, postre, leche frita y mousse de limón.
Conclusión: la terraza muy bien, la comida muy bien, la carne un poco escasa, la camarera muy muy bien pero UNA MALA EXPERIENCIA POR EL CAMARERO MAYOR Y EL CONSIGUIENTE CABREO DURANTE TODA LA COMIDA.