En nuestro paso por Laredo nos decidimos por El Pescador y acertamos.
Todo fue espectacular, el lugar con una sala agradable y una mesa amplia, la atención desde que fuimos a reservar hasta que nos marchamos y la comida.
De aperitivo de la casa nos sacaron un pastel de cabracho que viendo la ración ya imaginamos como iban a ser los platos que nos iban a sacar.
Compartimos de entrada una ensalada de ventresca y pimientos que estaba buenísima.
De segundos, unos jibiones encebollados, con un sabor estupendo y medio kilo de un lenguado en su punto, que hacía mucho tiempo que no comía uno tan exquisito.
Ante la magnitud de las raciones no pedimos postres (no podíamos) aunque vimos pasar al lado algunos que tenían una pinta estupenda.
Con una botella de agua, dos copas de albariño y dos cafés cortados salimos alrededor de 45 € por persona.
Para finalizar agradecer a todas las personas que nos atendieron su amabilidad, simpatía y buen hacer.
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