Hemos estado un fin de semana alojados en régimen de pensión completa 2 adultos y 2 niños.
En líneas generales, puesto que los menores de 12 años se alojan gratis, la relación calidad-precio es excepcional, no obstante me gustaría matizar que en cuanto a conservación y servicios las 4* del hotel podrían quedar en 3* justitas.
La recepción y el hall han sido recientemente reformados y se nota enseguida, pero justo al lado está la cafetería y el resto de instalaciones que han quedado bastante obsoletas, aunque está todo muy bien mantenido y conservado.
El área de piscina está muy bien, con un pequeño tobogán y una zona anexa de hidromasaje. Hay varias hamacas, pero las baldosas de ese espacio son bastante resbaladizas, con el peligro que supone a la entrada y salida del agua.
El comedor es grande y tiene 2 áreas separadas para servirse la comida tipo buffet, así como la zona de plancha para las cenas. Las bebidas no están incluidas, ni dan opción a una jarra de agua del grifo, pero la botella de 1.5L fría la sirven a 2€/ud.
No es una variedad muy amplia y para un fin de semana está mejor que bien lo que se ha proporcionado en el servicio de comidas, quizás para 1 semana entera ahí resultaría monótono incluso. Felicidades por incluir guisos de calamares, sepia, mejillones, etc. propios de la zona, que no suele ser habitual en buffets de playa. Queda algo escasa la sección de postres.
Nuestra habitación (la nº 645) era enorme, con 2 camas dobles + 1 individual + sofá + mini nevera y muchos y espaciosos armarios + un split de aire acondicionado. Una pequeña terraza con mesa y 2 sillas con vistas a la piscina y al fondo el mar.
Pese a haber 3 ascensores, había momentos de mucha carga e intensidad en su uso, pero es sólo cuestión de paciencia y saber esperar.
En las fechas en las que hemos estado, el aparcamiento es fácil, cómodo y gratuito en los alrededores del hotel.
La playa y el puerto están cerca caminando, no más de 5-8 min.
Es una población tranquila y con un turismo de perfil nacional en general.
Recomendable para una escapada y conocer las zonas cercanas del delta del Ebro.

Lo mejor de este hotel es la variedad de platos del bufé, tanto en almuerzos como en cenas, fallando ostensiblemente el apartado postres- Los platos son supervariados, con mucho pescado y carnes, cocinados de mil maneras.
Las instalaciones, vulgares, viejas, los precios cafeteria altos, y poco mas, alli o vas a la playa, unos 400 mts, o ala piscina, porque el pueblo esta bastante muerto de opciones de diversion.

Hotel urbano, con habitación y cama muy amplias y limpias. Buffet muy bueno. Buena atención del personal. Destacar particularmente el buen trabajo del animador, Félix. Hemos estado muy agusto y volveríamos a ir. Lo recomendamos a familiares y amigos