Hace años que vamos a este restaurante y ya desde hace tiempo viene siendo un caos en el servicio por lo que solemos ir a primera hora q la única forma de comer en paz pero el pasado sábado 16 de enero será la última vez. Empezamos por la comida fría, seguimos por los camareros como locos corriendo literalmente por el restaurante, gritando como en los programas de Chicote, una de ellas sirviendo comida con el abrigo puesto restregandolo de mesa en mesa, el que parece el encargado sirviendo con la ropa de calle, q lo mismo sirve mesas, entra a la cocina o sale a la calle a por cualquier cosa, lleva guantes eso si, pero rotos y sucios!. Además quenos dijo de forma desagradable que era la última vez q pedíamos xq necesitaba la mesa pues había gente esperando (era la segunda vez q pedíamos, no vayáis a pensar que estábamos saqueando el buffet y ya la primera habían tardado en traernos las comida fría). Tanta prisa como tenían para sentar a más gente para luego no limpiar y remontar las mesas cuando los clientes se iban, no lo entiendo. Y para terminar, el colmo fue el aforo y el control sanitario... es de esos sitios que fastidian a toda la gente que hace las cosas bien en esta pandemia. El aforo ILIMITADO, todo el que llegaba iba entrando, las mesas de 4 pero amigos y familias repartidos en varias mesas que se mezclaban unos con otros para hablar sin mascarillas... Vamos el sitio perfecto para coger coronavirus!.
Acabamos de comer todo lo rápido q pudimos y nos fuimos para no volver.
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