Un hotel maravilloso. Sin dudas disfrutamos nuestra estadía y volveremos nuevamente en el futuro cercano. Ubicado justo entre dos playas con unas vistas increíbles del mar desde las habitaciones. Acostúmbrese a levantarse a mirar el amanecer - ¡no se arrepentirá! Incluso pudimos ver algunas ballenas desde las hamacas. Rose fue muy atenta y servicial y sin duda hizo que la estadía valiera la pena. ¡No podemos esperar a volver otra vez!