Es un verdadero paraíso selvático, lugar para relajarse y estar en contacto con la naturaleza, lejos del ruido y en un entorno de acogida inigualable. José, Carmen, José Carmelo y Francisco son una maravilla de personas.
La comida es deliciosa y muy cuidada, el ambiente es agradable y de verdad se consigue desconectar del estresante ritmo de las ciudades como Guadalajara. Volví feliz y con ánimos renovados para el trabajo.
El cuarto La Puerta es una gozada en todos sus rincones, sólo nos hizo falta una buena recepción de Internet, pero eso también nos ayudó a estar más en contacto con el entorno natural. Sin duda quiero volver, organizar talleres relajantes para grupos pequeños.
Hasta el final encontré un hermoso espacio para meditar, es un lugar mágico de verdad.
¡Gracias, José y Carmen!