Majahua es un lindo lugar si disfrutas de acampar, xq entonces ya estás acostumbrado a lo que viene... Está en medio de la selva y para llegar a cualquier lado dentro del hotel tienes que pasar por corredores naturales entre la vegetación. Definitivamente no está recomendado si llevas niños pequeños o personas mayores o con discapacidad, el terreno es disparejo, nada amigable para carreolas o sillas de ruedas, apenas transitable para personas sin problemas de movilidad. Tiene muy poco staff, y no están muy a la mano que digamos, hay que caminar por los corredores hasta la recepción para encontrar a alguien. No hay teléfonos en las habitaciones como para llamar a front desk en caso de que algo pase. PRECAUCIÓN: LLEVEN LITROS Y LITROS DE REPELENTE DE MOSQUITOS, SON REALMENTE BRAVOS! Hay poco lugar de estacionamiento, y desde el momento en que bajas del carro estás a merced de los mosquitos, en el estacionamiento son particularmente voraces. Idealmente lleven equipaje ligero porque hay que cargarlo hasta las habitaciones, el terreno es cero apto para maletas con rueditas. Dentro de la habitación no hay mucho equipo, no recomendado si requieres televisión, pero para los que quieren una escapada a lo natural es ideal. Nuestra habitación tenía una especie de terraza pequeña muy simpática con unas sillas y mesa, faltaba una hamaca pero la habitación de al lado sí tenía una y ojo porque no son privadas, podía bajar a la de al lado con un poco de precaución entre las raíces de los árboles, no dejen objetos afuera. El baño era pequeño y sin cortina, pero afortunadamente sí tenía agua caliente. El aire acondicionado es útil porque realmente hacía un calor terrible. Las camas eran cómodas pero las almohadas no, lleven la suya. También lleven sus toallas de playa, las disponibles en la habitación son exclusivas para baño. La alberca es.... híjole, yo le llamaría más como un jacuzzi, si llevan niños ni en sueños pasar un día en la alberca, es más como para dos o tres adultos (no caben más) relajándose un rato. La playa....no existe, hay sólo piedras enormes, y bajar a ella es algo peligroso e imposible de noche (asegúrese de llevar una buena linterna), hay una vereda que te lleva a la playa pública y ahí ya no hay problema, pero cargar todo el kit playero (sillas, hielera, sombrillas, juguetes, etc..) e irse a pie creo que sí sería muy peligroso, es fácil perder el equilibrio y cargar cosas sólo lo complica, consejo: vayan en coche a la playa entrando por el corredor a las palapas, ni pasen corajes ni le piensen más. No hay tiendas ni NADA cerca del hotel, está en medio de la selva literal, así que lleven su buena carga de snacks y todo lo que necesiten para la habitación (lleven botiquín básico), en las palapas hay varias tienditas de abarrotes que nos salvaron los días.
La única razón por la que le pongo 3 de 5 es porque el staff que sí nos tocó ver nos atendió de maravilla, el desayuno que incluyen a pesar de ser super sencillo estaba realmente delicioso, y Judy nos trató super bien. Además el restaurante está en el mero acantilado que da una vista preciosa de la bahía, la verdad esa vista hizo que valiera la pena todo, con una buena rociada de repelente y tenerlo a la mano deja pasar un rato verdaderamente agradable en el restaurante y su terraza. El mejor consejo que les puedo dar es que se aseguren de entrar a la página y leer TODO, nosotros ?aaaas o menos sabíamos a lo que íbamos, pero lo que sí nos decepcionó fue el tema de la alberca, sabíamos que sería pequeña pero no tanto... y los mosquitos.... fueron más de lo que podíamos...