Viste el lugar por tener buenas recomendaciones en esta página y en nada tiene que ver con los comentarios buenos que obtiene.
La entrada es por el hotel y se tardan muchísimo en contestar el intercomunicador y abrirte.
El lugar bonito en los parámetros normales, música de ambiente agradable, mesas sucias, luz artificial molesta. No existe carta con especificaciones de la comida, en lugar de ello te colocan un pizarrón gigante donde está escrito el nombre de los platos y su precio, todos los platos fuertes son mexicanos excepto uno que es el pollo marsala, al desconocer cómo son los platillos y sus especificaciones el mesero alega que es nuestra obligación preguntar por cada uno de ellos.
Pedimos dos bebidas mientras elegíamos los platillos, para nuestra sorpresa algo tan básico como una naranjada termino siendo un poco de jarabe con muchísima azúcar y poca agua gasificada, las regresamos para que las arreglaran y tuviera mejor sabor, pero solo le agregaron agua gasificada y con esto al final fue un dolor de estómago horrible.
El mesero solo fue dos veces en el transcurso de 30 minutos, después de la pésima experiencia con las naranjadas nos decidimos a no comer ni beber nada más y pedir la cuenta, pero ya que el mesero no estaba nos levantamos de la mesa para pedir la cuenta hasta donde estaba el, ya que el no estaba pendiente de el servicio de la mesa, al pedir la cuenta y está al ser pagada nos exigió el "servicio" ya que decía este no está incluido en lo ya pagado, le respondí que sí el no me dio un servicio adecuado como era posible que me exigiera un pago por un servicio que el no me había brindado y también al este no ser obligatorio yo no le iba a pagar eso que el alegaba era " el servicio" , muy grosero, mal educado y su servio pésimo, terminando este con un comentario en tono irónico " ojalá encuentren un lugar mejor" a lo que yo respondí " "si, hay muchos".
No recomiendo para nada este lugar, pésima experiencia y mal rato.