Este hotel tiene la enorme ventaja de estar exactamente en el centro frente a la catedral, lo que le da un gran valor para aquel turista que gusta de caminar por la ciudad y conocer. Además desde sus balcones se puede apreciar muy bien el espectáculo de luz y sonido del palacio municipal. El edificio es muy antiguo, sin embargo, las areas y habitaciones están remodeladas y muy limpias y han sabido conservar el estilo original del inmueble. No se deben esperar lujos, y eso implica una televisión plana, que por su tamaño me hizo recordar a la de mi teléfono celular". La relación calidad precio me parece de lo mejor. El servicio del personal si bien no es para presumir, si cumple. Hay que considerar que al estar en pleno centro no es un hotel totalmente silencioso.