Mi esposo y yo nos hospedamos en el Hotel Mansur del 29 de diciembre de 2017 al 1 de enero de 2018. Llegamos a las 10:00 de la noche y nos validaron la reservación sin problema. El hotel indica que tiene estacionamiento pero no lo tiene en el mismo edificio, un valet parking lo recoge y lo trae de regreso al solicitarlo. Un proceso algo tardado pero los bell boys y los valet parking son muy amables y serviciales. La habitación con 1 cama king size era más chica de lo que esperaba. Esperaba ver un frigobar pero no había tampoco. Estábamos en una habitación que daba al balcón común de un cuarto piso y aunque fue algo ruidoso, no algo por lo cual quejarse. Leí en opiniones del Hotel que éste no contaba con restaurante, pero sí lo tiene, en el piso 1 y ofrece desayunos, comidas, y cenas a un precio a partir de 90.00. Lamentablemente, el sabor de los alimentos dejó mucho que desear. Era insípida, llegó fría y tardó demasiado. Los puntos buenos fueron el café, la mermelada hecha en casa y la mantequilla con arándanos, pero los platos fuertes fueron un verdadero desastre. Solo fuimos una vez, el desayuno del primer día y no volvimos. Eso sí, el mesero muy atento. Al igual que Recepción. El precio se me hizo algo caro al compararlo con hoteles de cadena con más amenidades y espacio, sin embargo, la ubicación si es inmejorable. A la vuelta de restaurantes, tiendas, museos, la catedral. La verdad es que sí volvería sin dudarlo, pero no comería ahí.