Es un hotel de una sencillez gratamente confortable. Me sentí muy cómoda, tanto por las instalaciones, como por el personal que es super amable.
Las habitaciones son espaciosas y con bellas vistas a los cerros cercanos.
También tiene una terraza de espacio común, con lindas vistas y llena de plantitas, donde podes sentarte.
El wifi perfecto.
Nosotros estuvimos 3 noches y después de visitar pueblos más al norte, volvimos al mismo hotel por 1 noche más porque amamos Purmamarca y nos sentimos super cómodos en este hotel. Nos hospedaron en otra habitación, también confortable.
El desayuno sencillo, pero rico. Te lo sirven en tazas de barro y con mermelada, manteca y dulce casero servido en cazuelas. Esos pequeños detalles hicieron que nos sintiéramos como en casa, o mejor! Dan calidez y eso es positivo.
La atención de Gustavo, Kevin y su dueño Mario, son de destacar.
Volveriamos! Y de hecho, ya lo hicimos ;-)