a parte de ser una de las casas más bonitas que he visto, los anfitriones son una maravilla. Nos han hecho sentir como en casa de un familiar, y el detalle para mi cumpleaños fue genial.
Son una familia maravillosa, y da pena separarse de ellos, espero que algún día el destino nos vuelva a reunir.

Nada que envidiar a un hotel de 5*, con la ventaja de estar en familia.

Pasamos por Moron para visitar los Cayos, fue imposible ya que estaban cerrados y los estaban volviendo acondicionar después de los daños del ciclón. Aún así, solo estuvimos un día y Magaly y su marido nos dieron la mejor de las estancias, atentos a todo y una hospitalidad increíble! La casa es preciosa, las habitaciones enormes y el desayuno y la cena espectaculares. Por coincidencias ... la hija de Magaly estuvo estudiando una temporada en la ciudad donde residimos (Zaragoza) y ella nos estuvo contando anécdotas de todo tipo! Sin duda, si volvemos, elegiría su casa y no un dia sino una semana! Recuerdos desde Zaragoza.