Es la quinta vez que regresamos al hotel, y tristemente vemos que le falta atención y sobre todo voluntad a los empleados de resolver.
Comienzo, la chapa de la habitación no sirve, no supieron resolverlo ni lo hicieron, todo el tiempo en nuestra ausencia estuvo la habitación abierta.
El WiFi de la habitación no sirve, hay que tomar el de alguna otra y casi pedir de favor que te proporcionen claves.
Hacia mucho calor, los ventiladores son viejos y ruidosos, afectan mucho la calidad del descanso.
El café del desayuno medio malo, o medio bueno, pero para "la casa Real del café" esperas un café excelente, los alimentos de calidad media, es preferible el plan sin desayuno e ir al centro de Coatepec a desayunar realmente sabroso, ahí hay muchas opciones.
Pero la peor parte son las camas, siguen siendo los mismos colchones que hace años y, si te asomas mientras hacen el cambio de camas observas que, están terriblemente sucios, llenos de manchas y muy deteriorados, dormir en ellos es una penitencia, súper duros, súper marcados del desgaste, amanecimos todos los días con dolor de espalda, las almohadas también viejas, gastadas y terribles.
Si no hubiera tenido pagada toda la estancia me hubiera ido después de una noche a alguna de las otras opciones.
Los únicos puntos positivos son el estacionamiento que es bastante bueno y el mesero, que atiende maravillosamente y con voluntad.