Lugar paradisíaco siempre y cuando te permitan descansar los vecinos, porque la última noche de nuestra estadía se instalaron en la casita de al lado unos huéspedes que no tenían mejor idea que empezar a escuchar música electrónica a alto volumen durante la noche.
Casitas espaciosas, con bastante lugar para guardar las cosas, caja fuerte y ventilador de techo. Cama cómoda con mosquitero alrededor, pero que tenía muchos agujeros (ver fotos) así que no se de cuánto servía. Ducha grande con agua caliente, un poco difícil de regular. Hay shampoo, crema y acondicionador en tamaño grande para poder usar durante la estancia. A diferencia de casi cualquier otro hotel, dejaban siempre un rollo solo de papel higiénico. No creo que esto sirva para la ecología, porque yo no voy a usar más papel solo porque me pongan, y si hay algo incómodo es quedarse sin papel higiénico cuando uno lo necesita.
El servicio en general bueno, al igual que la comida, salvo algunos platos que estaban menos logrados. Me dijeron en el desayuno que no me podían hacer un capuccino, y sin embargo vi que llevaban uno a otro mesa... ¿en qué quedamos?
Piscina pequeña y pintoresca, pero con agua bastante fría. Hay libros y juegos de mesa para usar. Hay un problema que deben solucionar en los baños públicos cercanos a la piscina, porque contaban con toallas de mano de tela pero pocas, y al mediodía ya no quedaba ninguna. Si son ecológicos y no quieren usar toallas de papel, tienen que poner más cantidad de toallas de tela; y si no quieren poner más de tela para no mandarlas a la lavandería, que pongan un secador eléctrico.
A la llegada nos dijeron que nos iban a esperar a una hora en la marina y sin embargo llegamos y no había nadie; tuvimos que llamar para reclamar y recién aparecieron 25 minutos después.
El precio es alto, aunque incluye la comida y las bebidas no alcohólicas. Los tragos son excesivamente caros, costaban entre 9 y 10 dólares, el doble o triple de lo que costaban en el resto de Nicaragua- incluida Little Corn-, y lo mismo que cuesta una botella grande de Flor de Caña Añejo de 7 años... un exceso inentendible.
Me habían prometido por mail un masaje gratis... yo nunca lo reclamé durante mi estancia porque me cansé de leer críticas de otros usuarios diciendo que el personal se adelanta a tus pedidos... bueno, no fue mi caso... me fui sin el masaje esperando que alguno me lo ofreciera en vivo o me preguntara a qué hora me lo quería hacer.