Retorné con mi señora desde el exterior y tuvimos que esperar la llegada del conteiner con nuestros efectos personales. Nos habían recomendado muy bien el lugar y decidimos alojarnos allí. Pasamos días maravillosos y extasiados por tanta paz. Despertar con el canto de los pájaros, tomar mate en el balcón mirando el hermoso arroyo es impagable. El servicio, impecable, el duplex excelente, cómodo, muy bien equipado y con buen gusto. La atención del Sr.Carlos como la del mejor amigo, amable, servicial y discreta. Soy exigente a la hora de recomendar, pero en este caso se justifica. 10 PUNTOS.