De las trufas únicas de Drôme a los viñedos de Beaujolais, la región de Ródano-Alpes invita a disfrutar de todas las maravillas que atesora la cocina francesa. Los placeres gastronómicos se complementan con la exuberancia del paisaje natural, en el que abundan los campos de lavanda. Lyon fue declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO y cuenta con unas ruinas romanas que datan del siglo I, y con la basílica de Fourvière, del siglo XIX. El paisaje alrededor de Grenoble está poblado de fortalezas y castillos. Y para eliminar el exceso de calorías, nada mejor que las laderas de Chamonix y Megève. Si visita la región en otoño, disfrutará de la cosecha de la uva y de las numerosas fiestas que jalonan este período del año.
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